jueves, 18 de septiembre de 2008

Una fantasía que se va degerando

Que te empujen del metro ha de ser violento si caes por la ventana y atraviesas las luces que iluminan el túnel, pero a la vez es imposible tener miedo cuando ves una mano amable, juvenil, al otro lado, intentando agarrarte.

Yo, qué desastre, llevaba mi bolso agarrado al cuelo, como si se hubiese subido a mi para protegerse (él, tan inanimado y marrón, y sin embargo parecía tener un corazón en alguna parte).

Me escondí bajo unos matorrales mientras ella me mandaba callar posando su índice entre sus labios.

Lady Eboshi charlaba con Harry Potter (sí, el maldito Harry Potter), tratando de averiguar una forma de impregnar de magia sus bolas de acero para crear así armas mas mortíferas (y menos pesadas) para las mujeres de La Ciudad del Hierro.

Mononoke aún no sabía que lo hacía por cuidar de los leprosos, y sin tener eso en cuenta, es lógico que su odio aumente y aumente.

"Pff, si espera que yo haga de Ashitaka, mal va, entre otras cosas, por que si disparo con un arco, solo lograré clavarme las astillas en la mano... ¡y Yakul seguro que me muerde!"

Aprovechando el poder que mi imaginación me confiere, decidí crear una solución para el problema:

"Enjuto Mojamuto Kage Bushin No Jutsu"

Y cientos de Enjuto Mojamuto se lanzaron sobre Harry Potter y le dieron patadas, le tiraron piedras, le metieron dedos en el culo y al final tiraron su cadaver por un barranco.

Y así, el mundo fué un lugar mejor: Ashitaka reapareció, Lady Eboshi se hizo experta en Origami y montó un estudio de anime que hizo una precuela romántica de Yotsuba con Pocoyó y Konata como su canguro.

Y Harry Potter estaba muerto, muerto, muerto. Y Neville longbottom se llevó todos los méritos de matar a Voldemort. Y Ginny Weasley se hizo puta. ¡¡Viva Snape!!

(Uff, al final ha quedado todo muy agresivo. La culpa es de la Rowling)

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