domingo, 7 de septiembre de 2008

La cabaña prehistórica del monte

Y llegaríamos todos a aquella cabaña pseudo-abandonada perdida en uno de estos montes. A 1 km de cualquier lado (tampoco más lejos, por si acaso) tendríamos que divirnos en parejas por las habitaciones y dormir en el suelo (bien apretujaditos! *_*). OBviamente nos serviríamos de velas para ver en la oscuriad y jugar a la cartas o contar historias tras haber cenado unos buenos bocatas. Cuando llegaría la hora de dormir la gente se daría cuenta del frío que hace y habría que ir a buscar leña a fuera, pero llueve y truena y nadie se atrevería a arriesgarse.

¡Tendriamos que salir casi todos en grupo, coger un poco y descubriríamos aterrados que la puerta se nos ha cerrado! Habría que forzar la puerta empujando entre varios oyendo a lo lejos a los lobos aullar y apenas viendo la luna por los escasos claros que dejan las nubes.

Una vez dentro admirariamos más que nunca la belleza de aquela casa destartalada y dormiriamos contentos, abrazados (y algo acojonados) esperando que se haga de día para tirarnos rodando colina abajo.

No hay comentarios: